miércoles, 10 de noviembre de 2010

Al borde de Europa



Dejo Zagreb después de un desayuno poderoso, que será lo único que coma en todo el día. No llueve cuando enfilo para Belgrado pero antes de dejar Croacia y entrar en Serbia comienza de nuevo, esta vez de una forma normal. Cada 250 Kms café y gasolina.
Cruzo la inhóspita Belgrado, un monumento al gris, colmenas y puentes de cemento, torres concentradas de apartamentos, barrios de planes quinquenales, ninguna concesión a la estética, ningún amor por la belleza de su ciudad, cemento gris tal cual.
Al salir veo un poco el sol, continuo 250 Kms hasta Nis y ya que estoy me animo y llego a Sofia, duermo 10 Kms, antes en un pequeño hotel. Cerveza, pipa y al edredón.

El miércoles madrugo porque parece que va a hacer bueno ¡Que gusto da el ir en seco!
A media mañana me tengo que empezar a quitar ropa y los guantes de frío, 560 Kms hasta Estambul y me quito Europa de encima. La entrada en Turquia se complica un poco más de lo normal. La aduanera, una morena de ojos verdes de ciencia ficción, se empeña en que el permiso de circulación de la moto no vale (la verdad es que es de los antiguos pero está en vigor) al final tiene que venir un aduanero, un poco más despejado, y hacerme los papeles. Siempre tiene que venir alguien y frustrar las historias de amor, con lo agusto que estaba yo discutiendo con el pivón.
Antes de llegar a la frontera hay una caravana de camiones de 12 Kms ¡Increíble!
La entrada en Estambul es de vértigo. Autopistas de cinco carriles atestadas de coches a toda velocidad, macarras que te meten el morro de su BMW en la matricula de la moto dándote las luces, furgonetas suicidas que se cambian cuatro carriles seguidos sin intermitentes, es decir, ese escenario en el que un tipo, abyecto, como yo disfruta, un infierno.
Consigo un hotel en el centro y me voy a cenar, a disfrutar una de las mejores gastronomías del mundo. Me como unas manitas de cordero en salsa blanca que me hacen bramas y luego unas verduras a la plancha de escándalo, lástima que no haya vino, nadie es perfecto.

Estambul, a 3622 Kms de Madrid.

6 comentarios:

JAVIER GARCIA dijo...

¡Vaya media que te estás marcando en esas condiciones!
¡Joder con la cabezonada de quitarte Europa enseguida!
Tu escrito del lunes no ha entrado en el blog hasta hoy miércoles por la noche
y ya ibas a recibir la correspondiente reprimenda a través del gerchepi.
A ver si sale el sol a la que empiezas a bajar, que te nos vas a arrugar.
¡A por ello chavalín!.
JAVI

Anónimo dijo...

Parece que por lo menos dejaras de mojarte. Asi que disfruta del viaje. Ademas ya te has quitado el
Mundo occidental del medio y entras en la parte interesante. Mucho animo!!!! Malu

"Elniñoelmovil" dijo...

Después del diluvio el resto del viaje te va a parecer gloria, míralo por el lado bueno ¿no? o puede que te acuerdes de las tormentas alguna vez... El caso es que sigas haciendo km sin contratiempos como hasta ahora. En la capadocia hacen viajes en globo, es una de las pocas cosas que te quedan por hacer según creo...juas, juas (me parto y me mondo). Bueno mucho ánimo y ya sabes "siempre positivo".
VIVA JUMILLA.

Anónimo dijo...

Que envidia Gerardo, disfruta a tope. Es un placer leerte, por momentos me parece vivirlo.

rafalin

Marcos B. dijo...

Ánimo Gerardo. Ahora dejas Europa y entras en "esosmundosdeDios" que son los que a tí te gustan.
¡¡¡ADELANTERRRRRRR!!!
Marcos

jose yanes dijo...

¡Muy bien Gerardo!, Ya estás en Asia, ya es otro rollo. Soy Pepe Yanes, mi familia y yo nos hicimos un Madrid-Sudáfrica en un Nissan Patrol viejo durante los veranos de 2009 y 2010 (por Libia,Sudán,...). Ya había seguido tu viaje africano anterior por el Oeste. Espero enviarte algunos comentarios pues sé por experiencia que sientan muy bien y levantan la moral. Ánimo y tira ya para el sur que que es donde reina el sol (en realidad te vas a poner morado)